Enhorabuena, que gran noticia, algunos bancos ya están recibiendo las primeras sentencias por malvender seguros.
Una agrupación de pequeños empresarios y particulares perjudicados por las coberturas de tipos de interés --swaps--, que la banca vendió como seguros contra la subidas de los tipos tanto para hipotecas como otros tipos de créditos, ha presentado varias demandas colectivas contra una quincena de bancos y cajas que comercializaron esas coverturas. Unos 200 miembros de la Asociación Para la Defensa de las Pymes y Particulares Contra Abusos Bancarios (Apymad) se han agrupado en varias demandas en las que solicitan la nulidad de los contratos por vicio en el consentimiento. Lo que quiere decir que los afectados acusan a los bancos de no haber informado adecuadamente a sus clientes de que lo que en realidad firmaban eran un derivado financiero y no un seguro de tipo de interés, que ha acabado causándoles un grave perjuicio económico.
Ese tipo de contratos ha tenido un coste para algunas pymes que difícilmente les permite mantener sus puertas abiertas. "Llegan a pagar hasta 80.000 euros al trimestre como consecuencia de que los tipos de interés están en niveles mínimos", comenta Daniel Ortega, presidente de la asociación de afectados. "Algunos particulares están pagando hasta 800 euros más al mes, además de amortizar la hipoteca", agrega.
PRODUCTO COMPLEJO Los afectados sostienen que se trata de un producto financiero muy complejo cuyo mecanismo de funcionamiento no es fácil de comprender para quien no es experto en finanzas. Por tanto, los empleados bancarios los vendieron en general como un seguro para protegerse contra la subida de tipos. Se trata de un producto financiero con solera en la banca, pero habitualmente se ofrecía a empresas para protegerlas contra la evolución de los tipos de cambio o de tipos de interés en pólizas de descuento y líneas de crédito. "El problema se produjo cuando el sector comenzó a ofrecérselo a particulares para cubrir las oscilaciones de los tipos de su hipoteca. No es un producto fácil de entender para profanos", reconocen fuentes de una entidad bancaria.
La mayor parte de estos swaps se colocaron entre el 2006 y el 2008. En julio de ese año, el euríbor estaba al 5,38% y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, esperaba que los tipos de interés siguieran al alza. Posteriormente se precipitó la crisis y con ella, los tipos de interés se fueron paulatinamente hasta el 1%. "Muchos de nosotros recibimos dinero mientras el diferencial entre el tipo pactado y el euríbor era al alza, pero las cantidades eran modestas", comenta Mercedes Muñoz, exempresaria inmobiliaria, miembro de la asociación. Cuando los tipos bajaron, el coste subió de manera exponencial. "La desproporción entre las partes es brutal. Además, el cliente paga el 100% del diferencial entre el mínimo y el euríbor", agrega.
En algunos sectores de la banca se reconoce que "hubo mala venta". Muchos afectados han podido acreditar que en sus oficinas bancarias les "vendieron un seguro". En esos casos, lo jueces no han tenido dudas a la hora de fallar en contra de las entidades financieras. En una larga lista de juzgados de lo civil se han dado a conocer fallos en uno y otro sentido. "Al principio, la mayor parte de las sentencias nos negaban la razón comentan en el servicio jurídico de una entidad bancaria. Pero posteriormente se han producido sentencias favorables. Cada caso es diferente y, por eso, cada fallo también lo es. Nuestros servicios jurídicos se plantean litigar por cada uno de los casos", reconocen en esa entidad.
Los bancos saben que el asunto es delicado. Por eso, en muchos casos están ofreciendo soluciones individuales: "Proponen cancelar el swap a cambio de silencio indefinido", dice Ortega. Con frecuencia se acepta la oferta, porque no todo el mundo puede permitirse seguir pagando. Pero no siempre. Algunas entidades han llegado incluso a ofrecer créditos del ICO para cancelar la deuda generada por el derivado. "Ese mismo crédito nos lo niegan si lo pedimos para financiera la actividad ordinaria de la empresa", se lamenta Muñóz.
Ese tipo de contratos ha tenido un coste para algunas pymes que difícilmente les permite mantener sus puertas abiertas. "Llegan a pagar hasta 80.000 euros al trimestre como consecuencia de que los tipos de interés están en niveles mínimos", comenta Daniel Ortega, presidente de la asociación de afectados. "Algunos particulares están pagando hasta 800 euros más al mes, además de amortizar la hipoteca", agrega.
PRODUCTO COMPLEJO Los afectados sostienen que se trata de un producto financiero muy complejo cuyo mecanismo de funcionamiento no es fácil de comprender para quien no es experto en finanzas. Por tanto, los empleados bancarios los vendieron en general como un seguro para protegerse contra la subida de tipos. Se trata de un producto financiero con solera en la banca, pero habitualmente se ofrecía a empresas para protegerlas contra la evolución de los tipos de cambio o de tipos de interés en pólizas de descuento y líneas de crédito. "El problema se produjo cuando el sector comenzó a ofrecérselo a particulares para cubrir las oscilaciones de los tipos de su hipoteca. No es un producto fácil de entender para profanos", reconocen fuentes de una entidad bancaria.
La mayor parte de estos swaps se colocaron entre el 2006 y el 2008. En julio de ese año, el euríbor estaba al 5,38% y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, esperaba que los tipos de interés siguieran al alza. Posteriormente se precipitó la crisis y con ella, los tipos de interés se fueron paulatinamente hasta el 1%. "Muchos de nosotros recibimos dinero mientras el diferencial entre el tipo pactado y el euríbor era al alza, pero las cantidades eran modestas", comenta Mercedes Muñoz, exempresaria inmobiliaria, miembro de la asociación. Cuando los tipos bajaron, el coste subió de manera exponencial. "La desproporción entre las partes es brutal. Además, el cliente paga el 100% del diferencial entre el mínimo y el euríbor", agrega.
En algunos sectores de la banca se reconoce que "hubo mala venta". Muchos afectados han podido acreditar que en sus oficinas bancarias les "vendieron un seguro". En esos casos, lo jueces no han tenido dudas a la hora de fallar en contra de las entidades financieras. En una larga lista de juzgados de lo civil se han dado a conocer fallos en uno y otro sentido. "Al principio, la mayor parte de las sentencias nos negaban la razón comentan en el servicio jurídico de una entidad bancaria. Pero posteriormente se han producido sentencias favorables. Cada caso es diferente y, por eso, cada fallo también lo es. Nuestros servicios jurídicos se plantean litigar por cada uno de los casos", reconocen en esa entidad.
Los bancos saben que el asunto es delicado. Por eso, en muchos casos están ofreciendo soluciones individuales: "Proponen cancelar el swap a cambio de silencio indefinido", dice Ortega. Con frecuencia se acepta la oferta, porque no todo el mundo puede permitirse seguir pagando. Pero no siempre. Algunas entidades han llegado incluso a ofrecer créditos del ICO para cancelar la deuda generada por el derivado. "Ese mismo crédito nos lo niegan si lo pedimos para financiera la actividad ordinaria de la empresa", se lamenta Muñóz.
Fuente: El Periódico de Aragón
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